¿Se construirá un tercer templo en Jerusalén?

¿Se construirá un tercer templo en Jerusalén?
Por: Rafael Monroy
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urante el sermón conocido comúnmente como el "Discurso del Monte de los Olivos" o "Discurso escatológico," registrado en los evangelios de Mateo 24, Marcos 13 y Lucas 21, Jesús pronuncia una profecía que nadie imaginó fuera posible, puesto que el templo de Jerusalén era motivo de gran orgullo para los judíos, y su destrucción implicaba tiempos difíciles para Israel. Jesús, cuando sale del templo, sus discípulos le muestran los majestuosos edificios.

Mateo 24:1-3 nos dice: “Cuando Jesús salió del templo y se iba, se acercaron sus discípulos para mostrarle los edificios del templo. Respondiendo él, les dijo: ‘¿Veis todo esto? De cierto os digo que no quedará aquí piedra sobre piedra, que no sea derribada’. Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: ‘Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?’”

A partir de este momento, Jesús comienza a describir una serie de eventos futuros, tanto sobre la destrucción del templo, la cual ocurrió en el año 70 d.C., como sobre su segunda venida y los eventos que precederán al fin de los tiempos.

El primer evento profetizado por Jesús es la aparición de la “Abominación Desoladora”. No se sabe exactamente qué es la abominación desoladora, puesto que la palabra de Dios no lo dice explícitamente. Algunos opinan que la “Abominación Desoladora” es un ídolo que será instalado en el recién construido tercer templo en Jerusalén. Se cree que esto ocurrirá durante los primeros tres años y medio del reinado de la Bestia; además, mencionan que la Bestia hará una imagen de sí mismo y que la colocará en el templo, y que esa imagen se supone es la abominación desoladora. Muchos reconocidos predicadores y maestros bíblicos dan por hecho que el templo de Jerusalén será reconstruido por los judíos, con el aval del anticristo. De esta manera, suponen que Israel volverá a la antigua práctica de sacrificar animales, pero al final de los primeros tres años y medio, el mismo anticristo romperá la alianza que concertó con ellos y hará cesar los sacrificios y las ofrendas.

Si usted quiere saber un poco más respecto a la gran tribulación y a la abominación desoladora, tenemos estudios que amplían más estos temas, no se los pierda.

Es importante recalcar que quienes sostienen esta teoría insinúan que la Bestia es la abominación desoladora; además, le atribuyen la dirección de la Gran Tribulación. Por otro lado, también presumen que este personaje será, en definitiva, el más cruel de los gobernantes de todos los tiempos, quien, gracias a su astucia y el apoyo de Satanás, conseguirá gobernar al mundo y eliminará a todo aquel que no le obedezca. Lamentablemente, esta teoría es muy popular y ampliamente aceptada en el mundo cristiano evangélico. Pero antes de adentrarnos en los detalles, debemos hacernos algunas preguntas que son vitales en el desarrollo de este estudio.

Existen diversos elementos que debemos considerar en la “Teoría” de la reconstrucción del tercer templo; por ejemplo:

  1. ¿Quién dice la Escritura que reconstruirá el templo?
  2. ¿Cuál es la razón por la que habría de levantarse dicha obra?
  3. ¿Qué cosa es la Abominación Desoladora de la que habló el profeta Daniel?
  4. ¿Cuál es el continuo sacrificio, y quién o qué ocupará su lugar?

Para responder estas preguntas, vayamos a la Escritura y que sea ella quien responda, sin posiciones doctrinales de ningún tipo. Una de las referencias más comunes respecto a la reconstrucción del templo de Jerusalén es el libro de Ezequiel; sin embargo, si leemos todos los capítulos relacionados al templo que se encuentran entre el 40 al 48, no veremos ninguna alusión de quién construirá dicho templo. Los capítulos del libro de Ezequiel describen una visión detallada de un templo futuro y la restauración del culto en Israel. Incluyen las medidas precisas del templo, las áreas sagradas, los rituales, las leyes para los sacerdotes y la repartición del territorio entre las tribus de Israel. La visión también muestra la gloria de Dios regresando al templo y una renovación espiritual y física de la nación de Israel. Estos capítulos simbolizan una restauración completa de la relación entre Dios y su pueblo.

Si investigamos un poco más en la Escritura, encontraremos en el libro del profeta Zacarías capítulo 6, versículos 11 al 15: “Tomarás, pues, plata y oro, y harás coronas, y las pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de Josadac. Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de Jehová. Él edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su lado; y consejo de paz habrá entre ambos. Las coronas servirán a Helem, a Tobías, a Jedaías y a Hen hijo de Sofonías, como memoria en el templo de Jehová. Y los que están lejos vendrán y ayudarán a edificar el templo de Jehová, y conoceréis que Jehová de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Y esto sucederá si oyereis obedientes la voz de Jehová vuestro Dios”.

El contexto histórico del libro de Zacarías es posterior al exilio babilónico, cuando el pueblo de Israel estaba regresando a Jerusalén y enfrentando el desafío de reconstruir el templo. Por lo que esta profecía se le ha atribuido un cumplimiento mediático en figuras como Zorobabel, quien lideró la reconstrucción del Segundo Templo bajo el gobierno persa. Sin embargo, la interpretación más común en la tradición judía y cristiana es que el «Renuevo» tiene implicaciones mesiánicas para el futuro, apuntando hacia un papel crucial en la construcción del templo de una era mesiánica. Sin embargo, en un contexto profético, vemos que el Renuevo no se refiere a Zorobabel, sino al Mesías.

¿Por qué decimos que el Renuevo es el Mesías?

La profecía de Zacarías fue escrita en el año 521 a.C. Para entonces, el templo de Salomón tenía 66 años de haber sido destruido durante la ocupación babilónica, que ocurrió en el año 587 a.C. Zacarías, como el resto de la población israelita, tenía el deseo ferviente de reconstruir un nuevo templo. Sin embargo, ese segundo templo comenzó a ser reconstruido en el año 516 a.C. por medio de Zorobabel y Josué. Esta obra fue un pobre sustituto del templo de Salomón, por lo cual fue retomado por Herodes casi 500 años después. Este se propuso mejorar la obra, ampliándola y mejorándola, dando inicio a la obra cerca del año 19 a.C. y fue finalizada en el año 64 d.C.

Herodes estaba decidido a que su templo superara al de Salomón en toda su gloria. Sus planes eran tan grandiosos que, a pesar de su entusiasmo por el proyecto, el pueblo dudaba de que se pudieran llevar a cabo. De hecho, temían que se destruyera el templo existente sin lograr completar el nuevo. Así pues, se negaron a aceptar la reconstrucción hasta que se hubieran reunido todos los materiales y obreros. Este templo, a pesar de estar cubierto de oro, seguía siendo una obra de Herodes y no respondía al sentir del judío promedio. Cabe mencionar que Herodes I el Grande fue hijo de Antípater, de raza idumea, quien se ganó el apoyo de Roma y, en el año 38 a.C., fue nombrado rey de los judíos, siendo así «el primer rey de origen no judío que dominó sobre Israel».

Podemos afirmar que, a pesar del esfuerzo realizado por Herodes, ese templo no representaba en ninguna manera al pueblo de Israel, y mucho menos fue levantado por manos limpias que honraran a Dios. Además, las medidas del Segundo Templo no coinciden con las descritas en el libro de Ezequiel (capítulos 40 al 48). Las especificaciones de Ezequiel presentan un templo mucho más grande y complejo que el Segundo Templo construido bajo Zorobabel y renovado posteriormente por Herodes el Grande. Las diferencias más notables son:

Tamaño y diseño: El templo en la visión de Ezequiel es significativamente más grande que el Segundo Templo histórico. Las dimensiones del atrio, los edificios y las áreas circundantes son mucho mayores que las del Segundo Templo.

Distribución interna: La disposición de las puertas, cámaras y atrios en la visión de Ezequiel es diferente de las del Segundo Templo. El diseño que Ezequiel describe es muy detallado y parece más monumental.

Río de vida: En Ezequiel 47, hay una profecía sobre un río que fluye desde el templo, algo que no se menciona en la construcción del Segundo Templo ni se encuentra históricamente en Jerusalén. Tome en cuenta este detalle; más adelante comprenderá de qué se trata este río.

Requisitos de pureza: Las leyes y reglamentos para el sacerdocio y la pureza ritual en la visión de Ezequiel son más estrictos que los aplicados en el Segundo Templo, lo cual también sugiere un ideal que no se alcanzó durante la época de Zorobabel ni de Herodes.

En Zacarías 6:11-15, se dice que el «Renuevo» (en hebreo, Tsemach), es el título dado a un individuo que desempeñará un papel importante en la reconstrucción del templo. Muchos intérpretes ven en esta figura una profecía mesiánica, asociando al «Renuevo» con el Mesías. Esta figura no solo construirá el templo, sino que también tendrá una doble función: como gobernante en un trono y como alguien relacionado con el sacerdocio. Esto señala una autoridad combinada de rey y sacerdote.

Por lo tanto, debemos descartar a Zorobabel o Herodes como los designados por Dios para erigir el nuevo templo. Ahora bien, el profeta Isaías confirma que el Mesías es el Renuevo que se encargaría de levantar dicha obra. Isaías 53:2-3 dice: “Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, más sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos”.

Estos versículos mencionan sin lugar a dudas que el Renuevo es Jesús. Él fue el Renuevo que surgió en medio del desierto espiritual en el que la nación de Israel se encontraba; él fue como el vástago que echa el árbol o la planta después de que ha sido cortada. De manera que podemos decir definitivamente que la profecía de Zacarías 6 y Ezequiel 40 al 48 aún no se han cumplido, porque el nuevo templo no es un templo físico, sino espiritual, el cual está siendo levantado por Jesucristo a través de su Iglesia.

Veamos a continuación lo que la escritura menciona sobre este maravilloso proceso creativo de Dios:

Jesús dijo a sus apóstoles que él sería la base para la construcción de un nuevo templo. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.” Mateo 16:18.

Pablo confirma esta profecía y ratifica que Jesús es el fundamento del nuevo templo de Dios. 1 Corintios 3:11-13 dice: “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.”

Los discípulos de Jesús comprendieron que Dios ya no habita en templos hechos de piedra, sino en el hombre. Cuando eres bautizado por el Espíritu Santo, formas parte de ese nuevo templo, tal como Esteban lo señaló cuando estaba siendo acusado ante el Sanedrín, él citó al profeta Isaías para enfatizar que el nuevo templo de Dios somos nosotros. Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: El cielo es mi trono, Y la tierra el estrado de mis pies. ¿Qué casa me edificaréis? dice el Señor; ¿O cuál es el lugar de mi reposo? ¿No hizo mi mano todas estas cosas?” Hechos 7:48-50.

Pedro fue otro apóstol que enseñó lo mismo; él nos llama “piedras vivas” y menciona que somos parte del material que Dios está usando para construir su templo espiritual. Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, más para Dios escogida y preciosa, vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. Por lo cual también contiene la Escritura: He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa; Y el que creyere en él, no será avergonzado.” 1 Pedro 2:4-6.

De nuevo, Pablo confirma que nosotros, los cristianos nacidos de nuevo y bautizados por el Espíritu Santo, somos parte del templo de Dios. Si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por fuego. ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.” 1 Corintios 3:15-17.

El templo de Dios se está construyendo a través de sus hijos repartidos alrededor del mundo. Este edificio, cuyo fundamento es Jesucristo, tiene columnas firmes que son sus apóstoles y va creciendo en la medida que nosotros contribuimos. Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.” Efesios 2:20-22.

Ser parte del templo de Dios tiene un precio muy alto, los discípulos aprendieron esto y se ofrecieron a ser perfeccionados; así nosotros debemos aprender obediencia y ser probados por el fuego hasta que lleguemos a la estatura del varón perfecto. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo de mi Dios, y mi nombre nuevo.” Apocalipsis 3:12.

Pablo señala que nosotros, los creyentes, somos el templo de Dios en la tierra, por lo cual no debemos contaminarnos con todo aquello que sea profano y abominable ante los ojos de Dios. “¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré. 2 Corintios 6:15-17.

Como usted se habrá dado cuenta, el Nuevo Templo es espiritual, no será construido con piedras.

Todos los versículos bíblicos que hemos visto anteriormente demuestran que Jesús es quien está reconstruyendo el templo espiritual donde Dios habitará por toda la eternidad. De manera que la visión de Ezequiel se refiere al templo espiritual que descenderá del cielo; es decir, el tercer templo lo conforman los escogidos de Dios, tal como lo vio Juan en la visión de Apocalipsis 21:2-3: “Y yo, Juan, vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.”

Apocalipsis 22:1-2 describe un río de agua de vida que fluye desde el trono de Dios y del Cordero. “Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.” Apocalipsis 22:1-2.

¿Recuerda el río que sale del templo y que menciona Ezequiel 47?

“Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente, porque la fachada de la casa estaba al oriente; y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar.” Ezequiel 47:1. Este pasaje describe un río que fluye desde el templo en la visión de Ezequiel, y más adelante en el capítulo se menciona que este río se convierte en un torrente que da vida a todo lo que toca, transformando incluso las aguas saladas en aguas frescas y sanas, lo cual simboliza la renovación y la restauración espiritual. Este río representa la vida eterna y la bendición que fluyen de la presencia de Dios, y es parte de la visión de la nueva Jerusalén en los capítulos finales de Apocalipsis, que representan el estado final de restauración y comunión perfecta entre Dios y su pueblo.

De modo que el Tabernáculo, o templo de Dios, que será construido en la tierra, es muy diferente a cualquiera de los templos construidos en el pasado, puesto que la visión de Ezequiel describe el templo de Dios en los cielos. La escritura dice que la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descenderá del cielo. Veamos Apocalipsis 21:22. “Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.

¿Cómo dice la escritura que nosotros somos el templo de Dios, pero cuando descienda la nueva Jerusalén no tendrá templo?

La respuesta es: que los elegidos de Dios conforman el templo espiritual aquí en la tierra. Dios está llevando a cabo una obra de construcción espiritual en nosotros. Dios viene por su templo que está siendo levantado en cada cristiano nacido de nuevo y bautizado por el Espíritu Santo. Por lo tanto, la idea que los judíos edificarán el templo de Dios es totalmente falsa.

La idea de un tercer templo en Jerusalén es muy lucrativa para algunas personas, inclusive han fundado un Instituto para reunir los materiales de construcción, la ropa, los utensilios, la lista de los levitas que participarán en los rituales, y muchas cosas más. Han recaudado millones de dólares, y es un movimiento, aparentemente imparable. Pero déjeme decirle que, aunque el pueblo de Israel desee levantar un nuevo templo en Jerusalén con todas sus fuerzas, eso no va a ocurrir.

Es posible que algunos lectores no estén de acuerdo con esta afirmación, ya que, en la práctica, las circunstancias pueden indicar lo contrario. Entiendo que detrás de este movimiento hay una nación avanzada, poderosa e influyente, con grandes intereses políticos, económicos y religiosos, que incluso cuentan con el apoyo de muchos cristianos influyentes en todas partes del mundo, especialmente en Estados Unidos, que desearían que estas teorías fueran ciertas. Sin embargo, la escritura dice que esto no va a suceder, no importa qué tanto lo deseen.

No estoy afirmando que alguien en particular esté equivocado, sino que el propósito de este estudio es dar a conocer lo que realmente dice la Palabra de Dios. Por eso, he presentado muchas citas bíblicas que demuestran que el tercer templo no es un templo hecho de piedras, sino un templo espiritual. No tengo duda de que este hecho puede desmantelar muchas teorías y desmentir doctrinas relacionadas con este tema. Usted es libre de creerlo o no, pero considere lo que dice la Palabra en lugar de confiar en su propio corazón. Jeremías 17:9 dice: «Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?«

Por lo tanto, la visión que tuvo Ezequiel representa el templo de Dios en los cielos, un templo que, por supuesto, nunca fue construido en la tierra y nunca lo será. Precisamente en este punto radica la confusión que existe hoy en día. Desde la perspectiva dispensacionalista, se cree que los judíos reconstruirán el Tercer Templo en Jerusalén, suponiendo que esto ocurrirá como parte de un acuerdo o pacto facilitado por el Anticristo. Aunque no se piensa que el Anticristo participe directamente en la construcción, se cree que permitirá o respaldará su reconstrucción, para luego profanarlo sentándose en un hipotético trono.

La idea de un tercer templo construido por los judíos no es bíblica.

El dispensacionalismo enseña que muchas de las profecías del Antiguo Testamento, incluyendo las visiones de Ezequiel y Daniel, no se han cumplido aún, y que el Tercer Templo será parte del cumplimiento futuro, particularmente en el contexto de las profecías apocalípticas. En esta interpretación, los dispensacionalistas creen que Israel tiene un papel central en el plan escatológico de Dios y que el regreso de los judíos a su tierra, junto con la construcción del Templo, es una señal del cumplimiento de las profecías bíblicas. Ven pasajes como los de Ezequiel 40-48 y Zacarías 6:12-13 como referencias a un templo futuro literal que los judíos construirán antes, o durante el periodo de la tribulación.

A pesar de la evidencia bíblica del templo espiritual, los dispensacionalistas ven las profecías del Antiguo Testamento, especialmente las de Ezequiel y Daniel, como no completamente cumplidas, y sostienen que debe haber un Tercer Templo físico en el futuro. En este marco, el regreso de los judíos a Israel en el siglo XX y la creación del Estado de Israel en 1948 se ven como cumplimientos de la profecía que preparan el escenario para la reconstrucción del Templo. Para el cristiano dispensacionalista, representa la aceleración del cumplimiento de la profecía y del retorno de Jesús.

Desde esta perspectiva, creen que los judíos algún día reconstruirán el Templo en Jerusalén, en el sitio donde anteriormente se erigió el Templo de Salomón y el Segundo Templo, a pesar de que el sitio está actualmente ocupado por la Cúpula de la Roca, un lugar sagrado para los musulmanes. Algunos dispensacionalistas creen que este evento está cerca, y lo ven como una señal del regreso de Cristo. De manera que tratar de levantar un templo en ese lugar implica la demolición de esas estructuras, lo cual traería graves consecuencias políticas para la ya delicada situación de Israel con las demás naciones árabes. En otras palabras, reconstruir un tercer templo en Jerusalén es prácticamente declararles la guerra a las naciones árabes, y esto es algo que cualquier dirigente político israelí con un poco de sentido común evitaría.

Esta corriente de pensamiento destaca que los judíos volverán a los antiguos ritos, incluidos los sacrificios de animales, pero. ¿Cuáles son las citas bíblicas que apoyan esta teoría? Lamentablemente para ellos, NO existe ningún versículo en la escritura que diga que los judíos reconstruirán un templo en Jerusalén, como ya hemos demostrado. Tampoco se explica cómo el regreso de los sacrificios pueda conseguir la redención del pueblo de Israel cuando ya Dios proveyó un medio para eso a través de Jesucristo.

Uno de los versículos que algunos eruditos bíblicos usan para sostener la teoría de que se debe construir un nuevo templo terrenal es Daniel 9:25, que dice. “Sabe, pues, y entiende que, desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y dos semanas; se volverán a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos”. Según ellos, esta es la prueba que corrobora que el tercer templo se levantará durante la gran tribulación; sin embargo, el versículo dice que se edificarán “la plaza y el muro de la ciudad, NO EL Templo”, de modo que estos versículos en ninguna manera son la prueba de la edificación de un nuevo templo.

Debemos entender algo. Dios no se complace en sacrificios de animales.

Algunos maestros bíblicos mencionan que es importante que el Templo de Jerusalén sea levantado, porque, según ellos, la nueva generación de sacerdotes volverá a reconciliarse con Dios a través de esas prácticas; presumen que Jehová perdonará a su pueblo por haber despreciado a su Mesías, y que volverán otra vez a ser el pueblo escogido por Dios. Creen que el templo será de nuevo la habitación de Dios y desde allí gobernará a las naciones durante el milenio. Para muchos, es importante que los israelitas vuelvan a la Ley Mosaica, anulando de esta manera el sacrificio perfecto de Jesús. Todavía no les ha amanecido que reconstruir un templo físico implica volver al tiempo de la ley, lo cual es una herejía y un engaño profundamente arraigado en algunos sectores, que ni siquiera se dan cuenta de sus implicaciones. Pensar que Dios permitirá a Israel que regresen a la ley de Moisés es simplemente absurdo.

Estas ideas empezaron a gestarse desde hace más de cien años y han venido creciendo con el tiempo hasta alcanzar a millones de creyentes en el mundo. El dispensacionalismo es una corriente teológica cristiana que comenzó en el siglo XIX, principalmente asociada con John Nelson Darby, quien popularizó un esquema de la historia de la redención dividido en «dispensaciones,» o periodos específicos en los que Dios se relaciona con la humanidad de maneras diferentes. Una de las características clave del dispensacionalismo es su enfoque en las profecías bíblicas y especialmente el futuro de Israel como nación. Según la escuela de pensamiento de Darby, la Biblia describe un plan separado para Israel y la Iglesia, y esto incluye la restauración del culto judío en un futuro templo físico en Jerusalén.

John Nelson Darby es uno de los principales teólogos responsables de popularizar la doctrina del rapto pre-tribulacional, una enseñanza que sostiene que la iglesia será arrebatada al cielo antes de un período de tribulación global. Esta doctrina, aunque hoy es conocida en algunos círculos evangélicos, no era una interpretación común antes de Darby.

Una de las claves de la teología de Darby es su insistencia en que Dios tiene dos planes distintos: uno para Israel y otro para la Iglesia. Esta distinción es fundamental para su comprensión del rapto. Según Darby, el rapto es el momento en que Dios llevará a la Iglesia al cielo antes de que comience el tiempo de tribulación que afectará a la tierra, un período que él entendía como el cumplimiento de las profecías dirigidas específicamente a Israel.

Darby defendía la idea de que el rapto ocurriría antes de la tribulación. Según esta enseñanza, la iglesia no pasará por el período de sufrimiento y juicio descrito en el Apocalipsis y otros textos proféticos, ya que será arrebatada antes de que comiencen estos eventos. Darby también sostenía que el rapto es inminente, lo que significa que puede ocurrir en cualquier momento, sin que haya señales específicas o advertencias previas que lo anuncien. Esta creencia en la inminencia del rapto llevó a un sentido de urgencia y expectación entre los seguidores de sus enseñanzas.

Un punto central en la enseñanza de Darby es que el rapto y la segunda venida de Cristo son eventos distintos. Según Darby, en el rapto, Cristo vendrá por su iglesia, mientras que en su segunda venida vendrá con su iglesia para reinar en la tierra. Esto contrasta con las Escrituras, que indican que ambos eventos son uno solo. El error de Darby, tanto en lo relacionado con el rapto como en su interpretación del trato de Dios con Israel y la Iglesia, es apabullante. Sin embargo, esta línea doctrinal es común y aceptada en muchas congregaciones cristianas.

Si deseas saber cómo ocurrirá el rapto y quiénes participarán de él, vea nuestro estudio titulado: El Rapto o Arrebatamiento de la Iglesia.

Dios no tiene planes diferentes para Israel y para el resto del mundo, Cristo vino a ofrecer su sangre para todos los seres humanos que creyéramos en él. No existe tal cosa como las dispensaciones o los planes alternos. Entonces, ¿para qué vino Jesús? ¿No fue suficiente la sangre que el Mesías derramó para la redención del hombre, incluidos los judíos? Mejor dejemos de creer en hombres falibles como Darby, y creamos a la palabra de Dios.

«Porque Cristo no entró en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.» Hebreos 9:24-28.

Cristo se presentó una vez y para siempre para quitar el pecado del mundo, tanto para el judío como para los gentiles. Olvídate que Israel va a comenzar a sacrificar animales, eso no es bíblico. Yo entiendo que ellos, al estar ciegos completamente a la predicación del evangelio, han querido regresar a sus viejas prácticas. No es la primera vez que Israel se aparta de Dios y quema incienso extraño. Ellos, por dos mil años, han deseado reconstruir su templo porque no reconocen a Jesús como su Mesías; siguen testarudamente creyendo que su Mesías viene pronto, y de hecho así es, pero no de la forma que ellos lo esperan. Están urgidos por prepararle un templo hecho de piedras donde puedan sacrificar a Dios. Lo peor de esta corriente es que cristianos evangélicos, que se supone han creído en Jesús, apoyen la idea de levantar un templo hecho de piedras. ¡Ahora resulta que judíos ciegos, guían a cristianos ciegos!

Según estos eruditos, la reconstrucción del templo es un hecho incuestionable porque consideran que la ciudad de Jerusalén es la ciudad escogida por Dios para ser su morada. Ellos citan, débilmente, los siguientes versículos para asegurar que Dios desea que le construyan un nuevo templo. Veamos la 2 Crónicas 6: 5-6: “Desde el día que saqué a mi pueblo de la tierra de Egipto, ninguna ciudad he elegido de todas las tribus de Israel para edificar casa donde estuviese mi nombre, ni he escogido varón que fuese príncipe sobre mi pueblo Israel. Mas a Jerusalén he elegido para que en ella esté mi nombre, y a David he elegido para que esté sobre mi pueblo Israel.”

Esta profecía evidentemente se cumplió cuando Salomón construyó el primer templo; sin embargo, estos eruditos creen que Dios se complacerá en que su pueblo levante otro templo hecho de piedras, cuando el verdadero templo comenzó a ser construido hace dos mil años en su iglesia. ¿Acaso no se dan cuenta que Dios, ya no habita en templos hechos de piedra? Ellos creen que Dios se agradará de los sacrificios de animales que no pudieron limpiar el pecado de nadie en el antiguo tiempo, pero creen que en el futuro sí será posible. ¿Como pueden creer tal herejía?

Ningún animal puede salvar al hombre, sólo la sangre de Cristo Jesús.

Renombrados predicadores y maestros de la profecía bíblica creen que conocer sobre el templo, la bestia o el anticristo es solo conocimiento general, pero en realidad no les interesa conocerlo en profundidad, puesto que presumen que serán raptados antes que todas estas cosas sucedan. Para ellos, todos los eventos relacionados al tercer templo no deberían ser muy importantes para nosotros los cristianos, puesto que estaremos en el cielo después de haber sido raptados. Según su pobre visión, veremos desde allá como la gran tribulación llegó a la nación de Israel, afectando a los cristianos tibios y a los inconversos que se quedaron en la tierra después del rapto.

El cristiano moderno pone atención y su confianza en un Rapto pre-tribulacional, y se entretienen viendo películas sobre el Anticristo y como engañará a los judíos y al resto de la humanidad, pero no se dan cuenta que todos pasaremos por la gran tribulación, y que el rapto es solo para los escogidos.

Si deseas saber quiénes participarán del rapto, escucha nuestro estudio, el rapto o arrebatamiento de la iglesia.

Para muchos estudiosos de la profecía bíblica, la construcción del tercer templo es una señal inminente que la “Abominación Desoladora” está por llegar, y por lo tanto, el regreso de Jesús. Ellos desean que el templo de Jerusalén sea construido porque piensan que esto acelerará el retorno de Jesús a la tierra, según ellos, apoyar a Israel en esta locura les procura bendición, y como bono adicional, acelerar el rapto, creen que, si no se construye el templo, Cristo no vendrá. ¿En qué cabeza se puede concebir tal cosa?

Suponen que dicho templo es «el lugar Santo» del que hace referencia Jesús en Mateo 24:15. “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda)”. De acuerdo con esta línea doctrinal, asumen que Jesús estaba refiriéndose al templo cuando mencionó el lugar santo, sin embargo, lugar santo pueden ser diferentes lugares dependiendo del contexto.

Generalmente se refiere a áreas específicas destinadas para la adoración, y donde se encuentra la presencia de Dios. El «lugar santo» se refiere a una parte específica del tabernáculo de Moisés, y más tarde parte del templo, donde los sacerdotes realizaban sus oficios. Era una de las dos áreas principales dentro del templo:

El Lugar Santo: Esta era la primera sala dentro del tabernáculo o templo, donde solo los sacerdotes podían entrar. En el Lugar Santo estaban el candelabro, la mesa de los panes de la proposición, y el altar del incienso. Éxodo 26:33-35. Los sacerdotes entraban regularmente para cumplir con sus deberes.

El Lugar Santísimo: Más allá del Lugar Santo, separado por un velo, estaba el Lugar Santísimo (o Santo de los Santos), que contenía el arca del pacto y era donde la presencia de Dios residía. Solo el sumo sacerdote podía entrar aquí, y solo una vez al año, en el Día de la Expiación (Levítico 16: 2). En este contexto, el «lugar santo» representaba un espacio de adoración y servicio a Dios, accesible solo a los sacerdotes que seguían un estricto código de pureza y santidad.

En algunos pasajes, el «lugar santo» se refiere a la ciudad de Jerusalén o la tierra de Israel en general. En Salmos 78:54, por ejemplo, se menciona la tierra de Canaán como «su tierra santa». «Los trajo a las fronteras de su tierra santa, a este monte que ganó su mano derecha.» Salmo 78:54. En este caso, «lugar santo,» hace referencia a la tierra que Dios apartó para su pueblo.

En otros contextos, especialmente en el Nuevo Testamento, el «lugar santo» también puede referirse al cielo, el lugar donde reside la presencia de Dios. En Hebreos 9: 24, se dice que Cristo no entró en un «lugar santo» hecho por manos humanas, sino en el cielo mismo. «Porque Cristo no entró en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.» Hebreos 9:24. En este caso, el «lugar santo» se refiere al cielo, el verdadero santuario donde Dios mora.

En el Nuevo Testamento, el «lugar santo» también se entiende de manera espiritual, aplicándose a los creyentes. Pablo describe a los cristianos como el «templo del Espíritu Santo» (1 Corintios 6:19), lo que sugiere que los creyentes, como la morada de Dios, son ahora un «lugar santo» donde habita el Espíritu de Dios.

Cuando Jesús dice: Lugar Santo, inmediatamente lo relacionan con el templo de Jerusalén, pero como dijimos antes, el LUGAR SANTO no necesariamente es un templo, ni Abominación es un ídolo. Dicho sea de paso, la Abominación Desoladora es algo despreciable, es algo tan malo y perjudicial, que traerá consigo devastación a las naciones. En ninguna parte de la escritura menciona que la abominación desoladora sea un ídolo, dice simplemente que es algo despreciable delante de Dios y que causa extrema aflicción, lo que puede ser una acción, una doctrina, una tradición, o una enseñanza.

Una abominación puede ser, incluso un pensamiento que va en contra de la naturaleza de Dios, de modo que la “Abominación Desoladora” pueden ser personas, acciones o cosas. Es importante que comprendamos que el lugar Santo del que habla el profeta Daniel es Jerusalén, pero no se trata de la Jerusalén de la tierra, sino de la espiritual.

Daniel 11: 31, dice. “Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora.” Daniel menciona que “tropas” profanarán el santuario y la fortaleza. ¿Qué clase de tropas? ¿Cuál santuario?

Si quieres conocer un poco más sobre este tema, te invito que veas nuestro estudio titulado: la abominación desoladora

En este contexto es importante destacar que quienes quitarán el continuo sacrificio es una multitud de soldados, ellos llegarán al santuario para removerlo, y lo reemplazarán con algo despreciable. Comencemos por este último ya que tanto, las tropas que hace referencia Daniel, como la abominación desoladora, son temas que hemos tratado por separado en otros estudios. Jesucristo, con su muerte y la sangre derramada en la cruz, ha sido el único sacrificio aceptable ante Dios. No existe ninguna otra forma de acercarse a Él. Ningún otro sacrificio puede ocupar el lugar de Jesús. Solo a través de Jesucristo podemos acercarnos a Dios, mediante la sangre del Cordero, que nos limpia de todo pecado. Con su único, continuo y perfecto sacrificio, Jesús nos ofrece la salvación de la muerte eterna.

De acuerdo al antiguo pacto los Israelitas podían recibir perdón por sus trasgresiones cuando sacrificaban animales, ya que la sentencia por el pecado es la muerte. De manera que era necesario el derramamiento de sangre inocente para remisión de pecados. Los animales al derramar su vida estaban pagando por la vida del pecador, es decir, para que el hombre no muriera, era necesario que otro ser vivo ofreciera su vida por él. «Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la personaLevítico 17:11. Solo de esta forma el pecador podía recibir perdón, los animales pagaban con su vida por la transgresión del hombre, pero hace dos mil años, eso cambió completamente, los sacrificios de animales dejaron de tener eficacia y ahora no tienen ningún sentido. Cristo vino como el cordero de Dios para ofrecerse en sacrificio agradable delante de Dios.

En el Antiguo Testamento, el Sumo Sacerdote entraba al Lugar Santísimo una vez al año, en el Día de la Expiación, para ofrecer un sacrificio a Dios por el perdón de toda la nación de Israel. Su función principal era actuar como mediador entre Dios y el pueblo, presentando sacrificios por los pecados y haciendo expiación con la sangre, lo cual garantizaba el perdón y la reconciliación con Dios. Sin embargo, hace dos milenios, esa práctica cesó. Jesús, como Sumo Sacerdote y ofrenda, entró al Lugar Santísimo celestial y ofreció un único sacrificio de sí mismo, mediante el cual la humanidad puede obtener perdón y vida eterna. Su sacrificio es permanente y no puede ser reemplazado.

El escritor del libro de los hebreos nos explica de manera simple y magistral la anterior afirmación, veamos Hebreos 9:24-28: “Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios; y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.

De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado. Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio, así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.”

Jesús es el único y continuo sacrificio capaz de limpiar el pecado de toda la humanidad. Él ha tomado el lugar de los corderos y machos cabríos que se sacrificaban en el templo. Por lo tanto, afirmar que «es necesario» reconstruir un templo para que el Mesías se siente a gobernar las naciones, y aún más, creer que el anticristo eliminará esos supuestos sacrificios recién instaurados para luego usar el templo como su propio trono, es una falacia total. Es una mentira que millones de cristianos en todo el mundo siguen creyendo.

Comprendamos de una vez por todas; los sacrificios terminaron con la muerte de Jesús y nunca más se volverán a efectuar.

Poco después de la muerte de Jesús, en el año 70 d.C., el templo de Jerusalén fue destruido, y desde entonces nunca más se volvieron a realizar sacrificios de animales. Dos mil años después, esos sacrificios no han sido retomados, lo que confirma que Jesús sigue siendo el único y suficiente sacrificio, no solo para Israel, sino para toda la humanidad. Afirmar que los animales sacrificados en un hipotético templo representarían el «sacrificio continuo» es una mala interpretación de las Escrituras. Si durante dos mil años no se han realizado sacrificios, y llegaran a reanudarse en algún momento futuro, no podrían considerarse «continuos», ya que, según el Diccionario de la Real Academia Española, continuo significa: «Que dura o se extiende sin interrupción«.

Evidentemente, una interrupción de dos mil años seguida por la reanudación de los sacrificios no puede considerarse en absoluto un «sacrificio continuo». Aunque la construcción de un nuevo templo para el pueblo de Israel, o para ciertos grupos evangélicos, pueda generar entusiasmo y expectativas, esto no garantiza que esos planes se lleguen a concretar.

En lo personal, considero que la destrucción del templo de Jerusalén y la posterior construcción de la Cúpula de la Roca, finalizada en el año 691 d.C., así como la culminación de la Mezquita de Al-Aqsa en el año 705, tuvieron el propósito de impedir que el pueblo de Israel volviera a reconstruir su templo.

Dios conoce a su pueblo y sabe que si tuvieran la oportunidad, estarían sacrificando animales en este mismo momento. El pueblo de Dios ha sido rebelde y aún lo sigue siendo; no cambiarán hasta que Dios los visite nuevamente y los haga doblegarse, como ha sucedido en el pasado. El pueblo de Israel solía volverse a Dios solo cuando no le quedaban fuerzas, cuando estaba rodeado por ejércitos o enfrentaba la hambruna. Cuando Dios envió al profeta Jeremías para advertirles que debían corregir su camino y abandonar sus ídolos y prácticas paganas, respondieron de la misma manera que en ocasiones anteriores, como lo relata Jeremías 32:32-34. “Por toda la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes y sus profetas, y los varones de Judá y los moradores de Jerusalén. Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para recibir corrección. Antes pusieron sus abominaciones en la casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola”. Cuando Israel sea rodeado por ejércitos y ya no tengan fuerzas, no les quedará otra opción que suplicar a Dios por perdón. En ese momento, reconocerán a Jesús como su Mesías, y toda la nación será salva.

Israel ha contaminado la casa de Jehová con sus ídolos, ritos y tradiciones, sin comprender aún que Jesús vino hace dos mil años para mostrarles un nuevo camino, y hacer un nuevo pacto con ellos. Jesús vino a ofrecerles la oportunidad de ser los primeros en recibir la salvación, pero… A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. (Juan 1:11).

Israel no ha comprendido que la única forma de llegar a Jehová es a través de Jesucristo; no existe otro camino. Ningún sacrificio de vacas rojas, azules o de cualquier color puede borrar pecados. Ninguna vaca, toro o cordero puede reemplazar el sacrificio perfecto de Jesucristo. Permíteme decirlo enfáticamente: Dios no tiene dos planes… uno para el pueblo judío y otro para los gentiles. El evangelio es uno solo. El pueblo judío se convertirá de todo corazón a Jesucristo y entenderá que Jesús es su Mesías, el mismo a quien crucificaron hace dos mil años y se arrepentirán por lo que hicieron sus antepasados. «He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá, y los que le traspasaron; y todos los linajes de la tierra harán lamentación por él. Sí, amén.» Apocalipsis 1:7.

Si tú eres judío te digo, vuélvete a tu Dios, arrepiéntete y recibe a Jesús como Señor, él es el Mesías que has esperado, no hay otro, no esperes a alguien más, él ya vino. Y para el pueblo cristiano, te pido que no sigas acompañando la necedad de Israel y quieras un templo que no servirá de nada en absoluto, antes bien, agradece a Dios por la oportunidad de ser salvo, y agradece que el pueblo de Israel cayó en ceguera espiritual, porque gracias a eso, tú has alcanzado salvación, pero no te envanezcas porque Dios no los ha desechado y nunca lo hará. «Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció.» Romanos 11: 1-2. Mejor ora por Israel para que se conviertan, ora para que ellos reconozcan a Jesús como su Mesías.

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Otto Ibarra
Otto Ibarra
2 años atrás

Saludos y Bendiciones. Amados hijos de el DIOS ALTISIMO. Recuerden que escrito esta; que en los postreros tiempos aun los escojidos serian engañados. En este foro vemos como es puesta en evidencia la jugada de aquellos que pretenden adelantar los tiempos y la voluntad de DIOS, Atribullendoce rangos y representaciones… Leer más »

Rogelio
Rogelio
4 años atrás

Pero porq la biblia no muestra ni un solo versículo q able espesifica mente de la contruccion de un templo físico yo creo q se está callendo a tierra los que creemos en la dispensacionalismo

Miguel Marcelo Cuadras
Contestar a  Rogelio
4 años atrás

Rogelio. La biblia sí lo registra : Apo 11:1 Luego me fue dada una caña de medir parecida a una vara, diciéndome: «Levántate y mide el Santuario de Dios y el altar, y a los que adoran en él.  Apo 11:2 El patio exterior del Santuario, déjalo aparte, no lo midas, porque… Leer más »

Rogelio
Rogelio
4 años atrás

OK mis hnos Dios lo bendiga a todos en primer lugar

juan
juan
4 años atrás

Estás muy confundido, mezclando pasajes de las escrituras sin tomar en cuenta el contexto y los usos y costumbres de las tierras bíblicas. Los Judíos no reconocen el nuevo testamento. Los sacrificios han cesado precisamente porque no tienen templo y ya están preparando todo para hacerlo. Además, debes tomar en… Leer más »

Webmaster
Administrador
Contestar a  juan
4 años atrás

Estimado Juan, gracias por su comentario. Me gustaría saber en qué parte, según usted, estoy confundido. Puede usted demostrarme con la biblia mi error? Muchos cristianos como usted siguen creyendo lo que algunos maestros han enseñado por años. Recuerde que el pueblo de Israel no esta fuera del plan de… Leer más »

Richard Villalobos
Richard Villalobos
Contestar a  Webmaster
2 años atrás

Cuando construyan ese templo cometerán PREVARICACION. Ese pecado les traerá como resultado desolación en su pretendido nuevo templo físico (Daniel 11:31 y 12:11; Mateo 24:15). Jesús dijo en vida: «Destruíd este templo (hablando de SU CUERPO) y en tres días lo levantaré» (Juan 2:19). Ahí Jesús estaba estableciendo el principio… Leer más »

Editado el 2 años atrás por Richard Villalobos
Hyle
Hyle
4 años atrás

Di en este sitio por casualidad
Pensé Yo …..pero al leer todo esto
No es ninguna casualidad gracias mi Dios

miguel
miguel
4 años atrás

Primero Dios no lo ha ordenado. Segundo el templo ya fue cnotruido por jesus,por que dice la biblia que el viene a su templo y cual es ese teplo,puen nosotros los que hemos sido lavado con la sangre del cordero somos el templo de Dios.Tercero dion no habiat ,ni habitara… Leer más »

Freddy Román
Freddy Román
4 años atrás

Comparto totalmente el primer comentario. Además, no pueden obviar 2 Ts. 2:4. Dice que se sentará en el templo de Dios. Por otra parte la relación entre Mt. 24:15; Dn. 9:27 y 12:11 es muy fuerte y cuesta trabajo creer que la abominación es figurada. El anticristo será un personaje… Leer más »

SERGIO VÁZQUEZ DE LA CRUZ
SERGIO VÁZQUEZ DE LA CRUZ
4 años atrás

Aunque como cristiano evangélico, creo que ya no hay más sacrificio por los pecados, solamente el de Jesucristo, el Hijo de Dios el aceptado por Dios para salvación de los humanos, asimismo que el Templo de Dios somos los cristianos; sin embargo, en virtud de que existen profecías bíblicas por… Leer más »

Jdavid
Jdavid
4 años atrás

ya esra todo listo para la costruccion del tercer templo de ISRAEL asi que averiguen mas acerca de este tema entren el instituto del templo en google

Tercer Templo
Tercer Templo
4 años atrás

Estoy de acuerdo con el articulo, pero solo en ciertos puntos. Debido a que a pesar de todos los argumentos de que no es posible la construcción de un templo en Jerusalén sobre el muro de los lamentos. Israel llamó a la construcción del templo, que a la verdad ya… Leer más »

Tercer Templo
Tercer Templo
6 años atrás

Hola a todos. Levantar el Templo de Dios, hecho de Espíritu, Cuerpo y Amor entre los Hombres. Números: 12:1 Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. Hay señales en los números… Leer más »

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